En esta historia de solidaridad y progreso, descubriremos de la mano de Guillermo Martínez, la historia de Ayúdame 3D. Un ejemplo brillante de cómo el compromiso con la causa común puede inspirar a otros a unirse en la búsqueda de un mundo mejor.
El CEO de Ayúdame 3D nos explicará cómo el compartir conocimiento se convierte en el vínculo que une a personas de diferentes lugares y culturas. De esta manera, consigue impulsar un impacto positivo en la vida de aquellos que más lo necesitan.
¿Quién es Guillermo Martínez?
Guillermo Martínez, corazón y mente creativa de Ayúdame 3D, es un apasionado ingeniero y emprendedor social con una visión clara: utilizar la tecnología y la innovación para mejorar la vida de quienes más lo necesitan.
Con determinación y un profundo compromiso, Guillermo fundó Ayúdame 3D para crear prótesis personalizadas con impresoras 3D. Su incansable labor y su enfoque en compartir conocimiento han llevado a la creación de una comunidad global dedicada a hacer del mundo un lugar más inclusivo y solidario.
El origen de Ayúdame 3D: compartir conocimiento
Hay viajes que cambian la vida. Es lo que le pasó a Guillermo Martínez. Tras viajar a Kenia, nuestro protagonista comprobó que con sus conocimientos en impresión 3D podía ayudar a muchas personas que habían sufrido la mutilación de un brazo. Lo que empezó con cinco prótesis en el Valle del Rift terminó siendo un proyecto: Ayúdame 3D.

Gracias al empleo de la tecnología de una manera solidaria, hoy se puede ofrecer estos dispositivos, fabricados de forma colaborativa por personas que descubrieron la tecnología 3D mediante la metodología de aprender haciendo con personas de cualquier parte del mundo. En este ecosistema en el que intervienen muchos actores, el compromiso principal es compartir conocimiento y colaborar para resolver problemas. Cientos de expertos en impresión 3D que desde sus casas fabrican y entregan cualquier prótesis allá donde se necesite, demostrando que el conocimiento compartido es el motor de este proyecto.
Gracias a esta red, el proyecto ha conseguido hitos en la construcción de prótesis, como el primer brazo para personas sin codo que, sin electrónica, permite a una persona agarrar objetos. Una revolución que ha logrado mejorar la empleabilidad, escolarización y calidad de vida de personas de todas las edades y de cualquier rincón del mundo. Una segunda oportunidad para aquellos que no podrían acceder a determinadas prótesis de brazo por su elevado precio. Así, ya no tienen que depender de su entorno y se les abre un amplio abanico de posibilidades al ser más autónomas y poder valerse por sí mismas.
En la actualidad, Ayúdame 3D es una entidad de referencia mundial en investigación, desarrollo y distribución de dispositivos de ayuda fabricados mediante impresión 3D. Un proyecto con el que se llega a más de 150 personas cada año y que está presente en más de 50 países.
El colectivo impulsado por Guillermo Martínez también fomenta el valor social de la tecnología a través de programas de concienciación con el fin de ayudar a colectivos vulnerables de los cinco continentes. Porque para Ayúdame 3D la tecnología debe tener como base la empatía para poner en el centro los problemas de la gente y su solución. La tecnología al servicio de las personas, y el conocimiento compartido como su columna vertebral.
La importancia de compartir conocimiento para alcanzar un fin solidario
Como nos explica Guillermo Martínez, el ecosistema emprendedor de Ayúdame 3D tiene un fuerte componente social, aquí la inclusividad, accesibilidad, igualdad y el empoderamiento son el motor de sus iniciativas. De esta manera, se fomenta el valor social de la tecnología con el fin de ayudar a colectivos vulnerables, sin importar el lugar en el que se encuentren. No hay fronteras.
Formado por voluntarios, que tienen como eje compartir conocimiento, el proyecto también coopera con entidades de manera global y lleva sus valores y misión a colectivos en centros educativos y sociales, demostrando que el conocimiento compartido es esencial para alcanzar un impacto social. Así, se muestra a los más pequeños el gran impacto que tienen la impresión 3D y las nuevas tecnologías en la vida de personas que pensaban que su problema no tenía solución; además de demostrarles que se puede ayudar fácilmente, aunque haya miles de kilómetros de distancia.
Pero Ayúdame 3D es mucho más que impresoras que fabrican prótesis de brazos. Dentro de su actividad social también forma a voluntarios en diferentes países para buscar personas, tomar medidas, recibir dispositivos y mantener un seguimiento a largo plazo, destacando que el compartir conocimiento es la base de su éxito. Esto facilita que se creen más tipos de ayudas y colaboraciones que permiten que cada vez más gente, con casos diferentes entre sí, pueda ser ayudada.
Como dice Guillermo Martínez, “ayudar es demasiado fácil como para no hacerlo”
Impresión 3D y medio ambiente: apostando por el desarrollo sostenible
Pero, ¿con qué material hace Ayúdame 3D sus prótesis de brazos? La impresión 3D de este proyecto usa PLA, un plástico proveniente de recursos vegetales como el almidón de maíz. Esto permite que sea un material plástico ecológico, renovable y biodegradable bajo ciertas condiciones de temperatura y humedad, contribuyendo así al desarrollo sostenible.
Otra alternativa para la impresión en 3D es el plástico reciclado. La conciencia ambiental y este tipo de tecnología han ido de la mano prácticamente desde el inicio de esta tecnología. Así se promueve la economía circular al reutilizar ciertos materiales para acabar con los desechos plásticos y darles una segunda vida.
Guillermo Martínez, CEO de Ayúdame 3D, nos explica como ellos también están concienciados con la aplicación y cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por Naciones Unidas. 17 retos globales cuyo fin es erradicar la pobreza, proteger nuestro planeta y garantizar que todos las personas del mundo sin distinción gocen de paz y prosperidad.