¿Cómo afecta la inteligencia artificial a nuestras emociones y relaciones? Rodrigo Taramona nos guía en esta reflexión.
Vivimos en un mundo acelerado, donde la tecnología no solo transforma lo que hacemos, sino también lo que somos, cómo pensamos, cómo sentimos, cómo nos relacionamos con los demás…
En este cruce entre lo técnico y lo humano, surge la voz de Rodrigo Taramona, reconocido divulgador tecnológico, para aportarnos una mirada distinta, poniendo el foco en la conciencia, la sensibilidad y la cercanía. Taramona nos invita a pararnos por un momento, y pensar, para hacernos las preguntas realmente importantes.
¿Quién es Rodrigo Taramona?
Taramona es mucho más que un divulgador tecnológico. Es una voz empática, curiosa, y cercana, que lleva más de 10 años investigando cómo la tecnología impacta en nuestras emociones, nuestros vínculos y formas de existir en el mundo.
Nacido en Perú, Taramona ha dedicado los últimos 12 años de su carrera a estudiar y entender cómo la tecnología es capaz de transformar el comportamiento de las personas y como a la vez, nuestras emociones son capaces de transformar la tecnología, a través de una mirada crítica, sensible y humana.
Para Rodrigo, hablar de IA no se limita a hablar de algoritmos, ni de avances tecnológicos, sino también de lo que provoca en nosotros, de cómo nos hace sentir, y las preguntas que nos despierta sobre nuestra identidad, y de los desafíos que supone en nuestras relaciones personales.
Trayectoria y enfoque en tecnología
La carrera de Rodrigo siempre ha estado guiada por una idea clara: la tecnología necesita de una mirada más humana. Una combinación de reflexión, sensibilidad y compromiso genuino para hacernos entender cómo la tecnología es capaz de transformarnos.
Y es que, hablar de inteligencia artificial no es una moda, no es algo pasajero. Es una conversación tan urgente como necesaria, en un mundo que avanza rápidamente, y que muchas veces, olvida poner a las personas en el centro.
¿Qué es la inteligencia artificial?
Hablar de qué es la inteligencia artificial muchas veces nos trae a la cabeza imágenes heredadas de películas de ciencia ficción: máquinas autónomas, robots con conciencia o sistemas que amenazan con acabar con la humanidad. Sin embargo, Taramona nos invita a desmitificar esos pensamientos.
La IA es una herramienta compleja, pero una herramienta, al fin y al cabo. Como lo fue en su día la electricidad, la IA tiene el poder de transformar todos los sectores: la medicina, la educación, el arte, la comunicación…
Taramona la compara con una calculadora muy avanzada: puede procesar, clasificar y predecir, pero nunca será capaz de comprender ni de sentir, ya que funciona con algoritmos.
Definición y aplicaciones
La inteligencia artificial está diseñada para realizar tareas que la mayoría de las veces requiere de una inteligencia humana: reconocer patrones, aprender datos o incluso generar texto o imágenes.
Asistentes virtuales, algoritmos de recomendación, sistemas de diagnóstico médico, creación de contenido… Pero, más allá de su funcionalidad, lo que realmente importa es el uso que le demos.
Ventajas y Desventajas de la Inteligencia Artificial
Beneficios de la IA en la Sociedad
El potencial de la IA es inimaginable. Puede ayudarnos a automatizar tareas repetitivas, predecir fenómenos naturales, optimizar los recursos.
Según Taramona, lo más esperanzador es imaginar una sociedad en la que la IA libere a las personas de trabajos que realmente no les hacen felices o no les hacen desarrollar al máximo su potencial. De esta manera, podríamos dedicar más tiempo a aquellas cosas que nos hacen verdaderamente humanos.
Desafíos y Riesgos
Sin embargo, las ventajas y desventajas de la inteligencia artificial conviven en un mismo plano.
Un gran peligro, según Taramona, es olvidarnos de que no es más que una herramienta. Y que, si empezamos a atribuir emociones o conciencia, correremos el riesgo de reemplazar a las relaciones humanas.
Taramona afirma, que el problema no es la tecnología en sí, sino cómo la usamos y con qué fin la optimizamos.
Humanizar la IA: ¿Es posible?
Esta revolución tecnológica debería impulsarnos hacia una revolución de consciencia.
Humanizar la inteligencia artificial no significa hacer que piense como nosotros, sino usarla para reforzar lo mejor de los seres humanos: nuestras pasiones, nuestras conexiones con los demás, nuestra capacidad única de cuidar y transformar.
La perspectiva de Rodrigo Taramona
Taramona nos propone tres actitudes fundamentales:
Primero, la curiosidad, porque aún no somos conscientes de todo lo que la IA puede ofrecernos.
Segundo, la humildad, porque cuando pensamos que ya lo sabemos todo, apenas hemos empezado a explorar.
Y tercera, la gratitud, ya que vivimos en un momento histórico con un potencial inmenso.
Como en los antiguos mapas, en los márgenes aparecían dragones. Dice Taramona, esos dragones representan lo desconocido. Pero no debemos temerles: debemos explorarlos con responsabilidad y apertura.
La IA y las Relaciones Personales
En un mundo donde lo digital se filtra en cada rincón de nuestras vidas, las relaciones personales se vuelven nuestro principal timón.
No podemos caer en el error de confundir una conversación con un modelo de lenguaje, con una conexión auténtica. Un asistente puede respondernos, pero no puede comprendernos. Puede simular ser empático, pero no puede sentirlo.
Impacto en la comunicación humana
La inteligencia artificial y la comunicación humana pueden convivir juntas, pero no debemos confundirlas. Una caricia, una mirada… nunca se podrán programar.
Taramona apuesta por preservar lo que nos diferencia: la subjetividad, la ternura, el misterio de compartir experiencias… Algo que nunca podrá caber en una base de datos.
La gran pregunta que debemos hacernos no es solo qué puede hacer la IA, sino qué queremos optimizar con ella.
Debemos volver a lo esencial, volver a conectar con nuestras pasiones, con aquellas cosas que nos hacen verdaderamente únicos. Usar la IA para hacer hueco a todo eso que realmente nos importa y que nos hace felices. La IA puede ayudarnos a tener más tiempo para nosotros, a aprender mejor, pero nunca nos puede hacer olvidar que lo más valioso es lo que nos hace humanos, y eso es algo que está en nuestras manos y depende de nosotros.